El ejercicio ofrece una gama completa de beneficios, incluido el cerebro. Se ha demostrado que la actividad física regular mejora la memoria, la atención y la función general.1 Y, con el paso del tiempo, el hecho de mantenerse activo (caminar, bailar, hacer yoga y otro ejercicio) podría ayudar a reducir el riesgo de declive cognitivo.2 Encuentre las actividades adecuadas, cree una rutina, empiece lentamente y aumente la intensidad, interactúe con otras personas y pregúntele a su médico sobre cualquier inquietud.
Prueba estos consejos para empezar hábitos de ejercicio saludables que ayudarán a mantener el cerebro en buen estado: