Control de las afecciones médicas para un cerebro sano
Las afecciones médicas frecuentes como la presión arterial alta, la diabetes y la depresión pueden aumentar el riesgo de declive cognitivo y de enfermedad de Alzheimer.1,2 Tratar estas afecciones no solo le ayudará a controlar sus síntomas, sino también a mejorar su salud cerebral.
Considere estos consejos para seguir y controlar afecciones crónicas que pueden afectar a su salud cerebral:
Siga un plan para la presión arterial alta.
Su salud cardíaca está directamente relacionada con su salud cerebral, y la hipertensión, o presión arterial alta, es un factor de riesgo significativo para la enfermedad de Alzheimer. Si tiene presión arterial alta, o si está en riesgo de padecerla, trabaje con su médico para desarrollar un plan personalizado, que incluya dieta, ejercicio y posiblemente medicación.
Controle la diabetes.
La diabetes es un factor de riesgo para el deterioro cognitivo y la enfermedad de Alzheimer. Si tiene, o está en riesgo de padecer diabetes, hable con su médico para crear y seguir un plan, incluidos cambios en el estilo de vida y, posiblemente, medicamentos. Al reducir los efectos negativos de la diabetes, también puede proteger su salud cerebral.
Hable con un médico si se siente deprimido.
La depresión puede aumentar el riesgo de deterioro cognitivo y generar otros factores de riesgo, como el aislamiento social, la mala alimentación y la falta de ejercicio. Si se siente deprimido, hable con su médico u otro profesional médico sobre sus inquietudes y ellos pueden ayudarlo a encontrar recursos de salud mental.
Planifique y revise periódicamente su salud.
Las afecciones crónicas como la presión arterial alta, la diabetes y la depresión pueden cambiar con el tiempo. Asegúrese de que tiene estas afecciones bajo control verificando regularmente indicadores como la presión arterial y el azúcar en sangre, hablando con su médico y ajustando su plan médico para realizar cualquier cambio.
Risk reduction of cognitive decline and dementia: WHO guidelines. Geneva: World Health Organization; 2019.
Livingston, G., Sommerlad, A., Orgeta, V., Costafreda, S. G., Huntley, J., Ames, D., Ballard, C., Banerjee, S., Burns, A., Cohen-Mansfield, J., Cooper, C., Fox, N., Gitlin, L. N., Howard, R., Kales, H. C., Larson, E. B., Ritchie, K., Rockwood, K., Sampson, E. L., Samus, Q., Mukadam, N. (2017). Dementia prevention, intervention, and care. Lancet (London, England), 390(10113), 2673–2734. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(17)31363-6
Siga un plan para la presión arterial alta.
Su salud cardíaca está directamente relacionada con su salud cerebral, y la hipertensión, o presión arterial alta, es un factor de riesgo significativo para la enfermedad de Alzheimer. Si tiene presión arterial alta, o si está en riesgo de padecerla, trabaje con su médico para desarrollar un plan personalizado, que incluya dieta, ejercicio y posiblemente medicación.
Controle la diabetes.
La diabetes es un factor de riesgo para el deterioro cognitivo y la enfermedad de Alzheimer. Si tiene, o está en riesgo de padecer diabetes, hable con su médico para crear y seguir un plan, incluidos cambios en el estilo de vida y, posiblemente, medicamentos. Al reducir los efectos negativos de la diabetes, también puede proteger su salud cerebral.
Hable con un médico si se siente deprimido.
La depresión puede aumentar el riesgo de deterioro cognitivo y generar otros factores de riesgo, como el aislamiento social, la mala alimentación y la falta de ejercicio. Si se siente deprimido, hable con su médico u otro profesional médico sobre sus inquietudes y ellos pueden ayudarlo a encontrar recursos de salud mental.
Planifique y revise periódicamente su salud.
Las afecciones crónicas como la presión arterial alta, la diabetes y la depresión pueden cambiar con el tiempo. Asegúrese de que tiene estas afecciones bajo control verificando regularmente indicadores como la presión arterial y el azúcar en sangre, hablando con su médico y ajustando su plan médico para realizar cualquier cambio.
Risk reduction of cognitive decline and dementia: WHO guidelines. Geneva: World Health Organization; 2019.
Livingston, G., Sommerlad, A., Orgeta, V., Costafreda, S. G., Huntley, J., Ames, D., Ballard, C., Banerjee, S., Burns, A., Cohen-Mansfield, J., Cooper, C., Fox, N., Gitlin, L. N., Howard, R., Kales, H. C., Larson, E. B., Ritchie, K., Rockwood, K., Sampson, E. L., Samus, Q., Mukadam, N. (2017). Dementia prevention, intervention, and care. Lancet (London, England), 390(10113), 2673–2734. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(17)31363-6