Un diagnóstico confirmado de Alzheimer requiere una exploración cerebral llamada PET scan (tomografía por emisión de positrones), que ayuda a los médicos a ver cómo está funcionando el cerebro. Sin embargo, dado que las PET scans son costosas y no siempre están disponibles, los médicos generalmente comienzan con otras pruebas para evaluar la memoria y la función cerebral. A continuación, puedes conocer otros tipos de pruebas que están a tu alcance.
El primer paso para diagnosticar el Alzheimer es hablar con tu médico sobre tu historial médico. Como paciente, tienes derecho a recibir una prueba cognitiva durante tu visita anual de bienestar de Medicare. Si tu médico no la sugiere, puedes solicitarla. Si muestras signos de deterioro cognitivo durante una visita rutinaria, Medicare cubre una visita separada para evaluar más a fondo tu función cognitiva y desarrollar un plan de atención. (6)
Tu médico te preguntará sobre tus síntomas, cuánto tiempo los has tenido y cómo afectan tu vida diaria. Es una buena idea acudir con un familiar o amigo que pueda aportar más información.¹ Luego, el médico realizará un examen físico para revisar tus reflejos, fuerza muscular, visión, audición, coordinación y equilibrio. A continuación, llevará a cabo pruebas del estado mental para evaluar tu memoria y otras habilidades cognitivas. Estas pruebas pueden ser breves o más detalladas, según la información que se necesite. Ayudan a comparar tu función mental con la de otras personas de edad y nivel educativo similares, y pueden realizarse en varias visitas por un especialista, como un neurólogo o neuropsiquiatra, o en una clínica de memoria en lugar de tu médico de cabecera
Los análisis de laboratorio, incluyendo exámenes de sangre, ayudan a descartar otras afecciones que podrían causar síntomas similares, como trastornos tiroideos o niveles bajos de vitamina B-12. Los análisis de sangre más avanzados ahora pueden medir los niveles de las proteínas beta-amiloide y tau, que están asociadas con la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, estas pruebas más recientes aún no están ampliamente disponibles, pueden no estar cubiertas por el seguro médico y no siempre ofrecen resultados consistentes entre todos los grupos raciales y étnicos. (3)
Los análisis de sangre actuales para el Alzheimer pueden funcionar mejor en personas blancas que en personas negras, hispanas o asiáticas. Los estudios muestran que algunos grupos, especialmente las personas hispanas con problemas de memoria, presentan niveles más bajos de amiloide, que es lo que buscan estas pruebas. Se necesita más investigación para asegurar que las pruebas funcionen bien para todos. (5) Puedes obtener más información sobre los análisis de sangre aquí.
Las personas de color deben solicitar una atención que respete su cultura. Al abogar por mejores pruebas de Alzheimer para individuos negros o hispanos, los médicos deben considerar las diferencias culturales, los temas lingüísticos y los prejuicios raciales, al mismo tiempo que aseguran que las personas tengan acceso a los recursos y especialistas adecuados.
En algunos casos, se pueden recomendar pruebas de líquido cefalorraquídeo (LCR) para medir los niveles de amiloide y tau en el líquido espinal. Estas dos proteínas son clave en el cerebro y están involucradas en la enfermedad de Alzheimer. Esta prueba puede ayudar a confirmar un diagnóstico de Alzheimer, especialmente si los síntomas empeoran rápidamente.²
Las imágenes cerebrales desempeñan un papel importante en el diagnóstico del Alzheimer. A continuación, se presentan algunas de las pruebas más comunes: ¹,⁴
Aunque muchas de estas pruebas son seguras, mínimamente invasivas y ofrecen información valiosa, es importante entender que el diagnóstico de Alzheimer no se basa en una sola prueba.
Implica una evaluación integral de los síntomas, el historial médico, los resultados de laboratorio y las imágenes cerebrales. Obtener un diagnóstico es fundamental para comprender la causa de los problemas de salud cerebral propios o de un ser querido. Es importante para poder recibir el apoyo y la atención adecuados.
Un diagnóstico confirmado de Alzheimer requiere una exploración cerebral llamada PET scan (tomografía por emisión de positrones), que ayuda a los médicos a ver cómo está funcionando el cerebro. Sin embargo, dado que las PET scans son costosas y no siempre están disponibles, los médicos generalmente comienzan con otras pruebas para evaluar la memoria y la función cerebral. A continuación, puedes conocer otros tipos de pruebas que están a tu alcance.
El primer paso para diagnosticar el Alzheimer es hablar con tu médico sobre tu historial médico. Como paciente, tienes derecho a recibir una prueba cognitiva durante tu visita anual de bienestar de Medicare. Si tu médico no la sugiere, puedes solicitarla. Si muestras signos de deterioro cognitivo durante una visita rutinaria, Medicare cubre una visita separada para evaluar más a fondo tu función cognitiva y desarrollar un plan de atención. (6)
Tu médico te preguntará sobre tus síntomas, cuánto tiempo los has tenido y cómo afectan tu vida diaria. Es una buena idea acudir con un familiar o amigo que pueda aportar más información.¹ Luego, el médico realizará un examen físico para revisar tus reflejos, fuerza muscular, visión, audición, coordinación y equilibrio. A continuación, llevará a cabo pruebas del estado mental para evaluar tu memoria y otras habilidades cognitivas. Estas pruebas pueden ser breves o más detalladas, según la información que se necesite. Ayudan a comparar tu función mental con la de otras personas de edad y nivel educativo similares, y pueden realizarse en varias visitas por un especialista, como un neurólogo o neuropsiquiatra, o en una clínica de memoria en lugar de tu médico de cabecera
Los análisis de laboratorio, incluyendo exámenes de sangre, ayudan a descartar otras afecciones que podrían causar síntomas similares, como trastornos tiroideos o niveles bajos de vitamina B-12. Los análisis de sangre más avanzados ahora pueden medir los niveles de las proteínas beta-amiloide y tau, que están asociadas con la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, estas pruebas más recientes aún no están ampliamente disponibles, pueden no estar cubiertas por el seguro médico y no siempre ofrecen resultados consistentes entre todos los grupos raciales y étnicos. (3)
Los análisis de sangre actuales para el Alzheimer pueden funcionar mejor en personas blancas que en personas negras, hispanas o asiáticas. Los estudios muestran que algunos grupos, especialmente las personas hispanas con problemas de memoria, presentan niveles más bajos de amiloide, que es lo que buscan estas pruebas. Se necesita más investigación para asegurar que las pruebas funcionen bien para todos. (5) Puedes obtener más información sobre los análisis de sangre aquí.
Las personas de color deben solicitar una atención que respete su cultura. Al abogar por mejores pruebas de Alzheimer para individuos negros o hispanos, los médicos deben considerar las diferencias culturales, los temas lingüísticos y los prejuicios raciales, al mismo tiempo que aseguran que las personas tengan acceso a los recursos y especialistas adecuados.
En algunos casos, se pueden recomendar pruebas de líquido cefalorraquídeo (LCR) para medir los niveles de amiloide y tau en el líquido espinal. Estas dos proteínas son clave en el cerebro y están involucradas en la enfermedad de Alzheimer. Esta prueba puede ayudar a confirmar un diagnóstico de Alzheimer, especialmente si los síntomas empeoran rápidamente.²
Las imágenes cerebrales desempeñan un papel importante en el diagnóstico del Alzheimer. A continuación, se presentan algunas de las pruebas más comunes: ¹,⁴
Aunque muchas de estas pruebas son seguras, mínimamente invasivas y ofrecen información valiosa, es importante entender que el diagnóstico de Alzheimer no se basa en una sola prueba.
Implica una evaluación integral de los síntomas, el historial médico, los resultados de laboratorio y las imágenes cerebrales. Obtener un diagnóstico es fundamental para comprender la causa de los problemas de salud cerebral propios o de un ser querido. Es importante para poder recibir el apoyo y la atención adecuados.